Y es que el padre de la novia es el segundo hombre más importante del día y tiene unas funciones muy destacadas en momentos clave de la ceremonia. Por un lado, tendrá un momento de gran protagonismo cuando acompañe a su hija al altar, será la última persona con la que hable la novia antes del “sí” y el encargado de que no le invadan los nervios de última hora. Además, seguro que en más de un momento de la celebración tiene que ejercer de anfitrión, ya sea porque los novios no dan para todo o porque haya algunos invitados de su parte. Un discurso emotivo o el baile con la novia son otros instantes en los que el padrino estará en el centro de las miradas y, precisamente por eso, queremos que vaya guapo, elegante, con estilo propio y seguro de si mismo.
Como regla general diremos que el traje del padre de la novia debe seguir los criterios que haya elegido el novio. Es decir, si el novio va en chaqué, el padre de la novia debería según el protocolo lucir un chaqué, si el novio va con un esmoquin, el padre también y si el novio va relativamente informal, el padre de la novia no puede ser más: tiene que buscar un look favorecedor pero que nunca sea más formal que el que lleve el novio. El estilo, la hora y el lugar de la boda suelen marcar estos detalles de estilismo pero es básica la comunicación novio y suegro.
Comentarios recientes